sábado, 5 de julio de 2008

De sapos y bichitos, hormigas, búhos y buhitos

Don Sapo



Don sapo gordo y bocón
de noche el charco abandona,

buscando comida fresca
porque es tremendo tragón.

Su larga lengua entrenada
la maneja con destreza,
cuando la enfoca en la presa

ésta ya esta condenada.

Le encantan polillas grandes,
orugas bien regordetas,
los grillos si son crocantes,
todos entran en la dieta.

Las moscas son un manjar
para completar la cena,
después, con la panza llena
al charco va a descansar.

Y croando soñador
b
ien saciado el apetito,
recuerda cuando era chico…
¡que lindo renacuajito!.



Ejército de maniobras


Una tras otra sin descansar,
cargan su carga, vuelta a empezar,
ya sea un palito o una miguita,
todo les sirve a las hormiguitas.

Sigue el camino al hormiguero
tras de una prima que va primero
y atrás le sigue un hormigón
que cuida todo serio y gruñón.

Una columna por entre el pasto
llena de obreras siguiendo el rastro
viene del patio a la cocina,
la torta tiene miles encima.

También el plato, el azucarero,
las galletitas, el flan de huevo,
todas las ollas y la basura,
hasta las frutas y el cenicero.

Cuando comience a amanecer
sera dificil que las puedas ver,

pues del ejército la mayoría,
estará roncando, su misión cumplida.



Don Búho




Quietito en la punta´el poste
del alambrado herrumbriento,
con sus ojazos grandotes
mira y mira muy atento.

El cabezón señor Búho
te sigue con la mirada.
¡Como retuerce el pescuezo!
¿tendrá la nuca quebrada?

La cabezota emplumada
de tanto que la da vuelta,
como que mira hacia atrás.
¿Será que la tiene suelta?.

Espera el mejor momento
sin prisas y sin apuros,
cuando levanta su vuelo
lleva destino seguro.

Planeando en silencio ataca
es su aliada la sorpresa,
lleva decidido el golpe

no se le escapa una presa.

Luego a repartir la cena
en los piquitos abiertos,
de sus pichones con
hambre,
que exigen sus alimentos.

4 comentarios:

diana poblet dijo...

Página con cuatro cucharaditas de azúcar.
Hermosa Senén, como para recuperar la infancia con tanto sapo y buhíto.
Por ahí si encuentro mis archivos prohibidos para mayores te mando algo. Mi libro se llamaba Colorín Colorado y sirvió para arrullar hijos y ahora nietos, rescatándolos de los brazos de Caperucita, Cenicienta, Hansel y Gretel y otras fechorías que deglutimos de oídas cuando tuvimos el corazón intacto.
Abrazo, muy lindo sitio,
d.

Senén dijo...

Diana
gracias por la visita. Comparto totalmente las apreciaciones de esos "clasicos" infantiles. Se bien lo que esconden.
Mi cariño
Senén

micaela dijo...

es lindo lo del lechuson y el zapo
micaela

Senén dijo...

Micaela preciosa!!!
gracias por tu lectura y por tu comentario tan lindo. a mi me gustan mucho los lechusones y los zapos tambien!
Todo mi cariño. Un beso

Yayo Senén